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jueves, 30 de junio de 2016

Tecnologia inclusiva



Por: 
  en Ciudad nueva 577

Pablo Fiuza es el responsable de Proyecto Dane. Dueño de una empresa de desarrollo de software, hace cuatro años empezó a pensar cómo su metier podría ayudar a chicos con discapacidad. Todo comenzó a partir de Agustín, el hijo de un amigo que tiene autismo. “Un día vino a casa. Agustín no saluda a nadie, pero había una tablet y se fue directo ahí. Empezó a usarla y los padres estaban sorprendidos de que interactuara con un juguete. ‘Laura, tenemos que comprarle ese dispositivo’, dijo mi amigo”, recuerda hoy Pablo. 
Esa situación le hizo pensar que ahí había un potencial, una oportunidad. Secretario de la Cámara del Software, llevó la inquietud a la comisión de inclusión. Y empezó a trabajar, a investigar, a aprender.
“Tuve charlas con papás de chicos con Síndrome de Down y todos me decían de la facilidad que tenían sus hijos para trabajar con los dispositivos táctiles, mientras que no se sentían atraídos por las computadoras con teclado”, cuenta. El contacto con los padres y luego con especialistas le permitió conocer algunas características particulares de los chicos con discapacidad intelectual. Y, trabajando conjuntamente con ellos y expertos en programación, el proyecto fue tomando forma: iban a desarrollar aplicaciones específicas para estos usuarios. 
Hoy, ya tienen una docena de aplicaciones gratuitas. Todas están pensadas y desarrolladas específicamente para niños y jóvenes con discapacidad intelectual, con el objetivo de promover el aprendizaje de diferentes habilidades. 
Algunas de ellas son un memotest con fotos de animales que tiene un mayor tiempo de espera, otra que trabaja sobre los opuestos (alto/bajo, pequeño/grande), una que enseña las consonantes y otra que trabaja sobre las emociones: un personaje está en la plaza y los chicos tienen que elegir de un menú la emoción que mejor represente el momento. También desarrollaron un “conversador”, en este caso para chicos con afasia, que es similar a las viejas pizarras magnéticas y les permite dibujar y elegir imágenes para agilizar la conversación con sus interlocutores.
Así, las letras que utilizan son las de imprenta mayúscula, que son las primeras que se aprenden. Las imágenes que se usan son fotos y no ilustraciones porque, explica Pablo, “los chicos con autismo o Síndrome de Down son muy literales y no comprenden los dobles sentidos. Por ejemplo, si una aplicación se refiere a ‘papá’, podés sacar una foto a tu papá y trabajar ese concepto”. Del mismo modo, en los juegos no se remarcan los errores, pero sí los logros. 
La particularidad de Proyecto Dane es que es justamente un proyecto, un desarrollo integral. Hay algunas aplicaciones aisladas, explica Pablo, pero en cuanto al modo en que se concibió integralmente, es una experiencia pionera. Cuenta que la idea fue también apuntar a un proyecto abierto y participativo. “Nos contactamos con organizaciones de padres y también con centros de asistencia y con colegios, que incorporaron las aplicaciones en el aula. Luego empezamos a ir a las universidades de ingeniería, por ejemplo de la UTN y de la UADE, y les ofrecimos que sus alumnos desarrollaran estas aplicaciones como tesis, con una connotación social pero trabajando con lo último de la tecnología. Y les encantó”. 
Las apps, que suman hasta ahora más de 50.000 descargas, pueden bajarse gratuitamente desde la tienda de Google. Por el momento, sólo una está disponible para el sistema operativo de Apple (iOS). “Nos focalizamos en Android porque en nuestro país está más difundido este sistema operativo y porque hay mas variedad de tablets que lo utilizan. Una de las ideas es poder conseguir donaciones para que se repartan más tablets en los colegios”, aclara Fiuza. Con el apoyo de la Cámara del Software y de la empresa Intel, el año pasado lograron distribuir unos 30 dispositivos. Conformarse como una fundación es el paso para lograr el crecimiento del proyecto y hacerlo sustentable. “Hablás con los docentes y te cuentan la motivación extra que brindan estos dispositivos en sus alumnos, hay que capitalizarlo”, plantea, al tiempo que cuenta un caso: “La mamá de Lucía, una nena de seis años, conoció las aplicaciones y lo comentó con su maestra, que comenzó a usarlas. Para el día de la madre, logró escribirle ‘mamá’. Ella estaba muy emocionada y lo atribuía a la app”.
La esperanza que las aplicaciones generan en los padres es una de las cosas que más estimula a los que hacen Dane. “Ven que sus hijos pueden empezar a usar la tecnología en aplicaciones pensadas para ellos, y es un halo de esperanza de lo que van a poder hacer en el día de mañana”, afirma. Y trae otro ejemplo concreto. “Cuando empezamos a hacer una de las aplicaciones, un papá me cuenta que cuando sale a cenar con sus amigos, todos le dan el celular o la tablet a sus chicos para que jueguen. Y él no podía ofrecerle nada al suyo. Esto tiene que ver con la educación, pero también con la inclusión”. En un mundo cada vez más digital, está claro, también en este aspecto es fundamental garantizar igualdad de oportunidades para todos.
Más información: www.proyectodane.org

lunes, 31 de agosto de 2015

Irracionalidad económica


 En 2016 el 1% de la población mundial podría quedarse con más de la mitad de la riqueza

Una investigación de la organización internacional Oxfam analiza los efectos de la desigualdad existente. El 80% de la población mundial se reparte el 5,5% de la riqueza, al tiempo que 80 multimillonarios poseen el equivalente a la mitad más pobre del planeta, es decir, 3.500 millones de personas. Ingentes sumas son invertidas en lobby que pueden frenar la lucha contra la desigualdad.
Según un informe de Oxfam, el próximo año la riqueza del 1% más rico de la población del planeta superará la del 99% restante a menos que se revierta la actual tendencia de desigualdad y concentración de riqueza.
La organización internacional, cuya directora ejecutiva, Winnie Byanyima, copresidió el foro de Davos que se realizó a fines de enero, advirtió que el aumento descontrolado de la desigualdad está lastrando la lucha contra la pobreza a nivel mundial. A día de hoy, una de cada nueve personas carece de alimentos suficientes para comer y más de mil millones de personas aún viven con menos de 1,25 dólares al día.
Para esta confederación de organización (son 17 en total) hay que tomar medidas urgentes que frenen el aumento de la desigualdad, empezando por poner fin a la evasión y elusión de impuestos por parte de grandes empresas e impulsar un acuerdo global contra el cambio climático.
El documento difundido por Oxfam tiene como título: “Riqueza: tenerlo todo y querer más”, y es una breve investigación que muestra cómo la riqueza acumulada por el 1% más rico de la población se ha incrementado, pasando de un 44% en 2009 a un 48% en 2014. A este ritmo, para el año 2016 habrá alcanzado el 50%. En 2014, los selectos miembros de esta élite del 1% mundial tenían de media una riqueza de 2,7  millones de dólares por adulto.
El dato que también preocupa es el relativo al 52% restante de la riqueza mundial, pues de ésta la mayor parte (el 46%) queda en manos del 20% más rico de la población. Eso significa que el 80% restante de la población del planeta (más de 5.600 millones de personas) comparte tan sólo el 5,5% de la riqueza mundial. En promedio eso implica unos 3,851 dólares de media por adulto, lo que equivale a 1/700 parte de la riqueza media del 1% más rico de la población mundial.
En declaraciones realizadas poco antes del foro de Davos, Byanyima dijo que "la magnitud de la desigualdad a nivel global es impactante y, a pesar de todos los problemas que dominan la agenda internacional, debemos tener en cuenta que la brecha entre ricos y pobres se está acrecentando a gran velocidad. En los últimos doce meses hemos visto cómo líderes mundiales de la talla del presidente Obama o Christine Lagarde han hablado sobre combatir la desigualdad extrema, pero aún estamos esperando que muchos de ellos prediquen con el ejemplo. Ha llegado el momento de que nuestros líderes se enfrenten a los intereses creados que impiden lograr un mundo más justo y próspero", aseguró la líder de Oxfam. Para Byanyima “que la élite más poderosa siga actuando como hasta ahora es una opción que supone un elevado coste para el resto. Si no combatimos la desigualdad, la lucha contra la pobreza podría retroceder décadas. El aumento de la desigualdad perjudica doblemente a las personas pobres: no sólo tienen menos, sino que hay menos que repartir puesto que la desigualdad extrema frena el crecimiento mundial".
El pasado año, durante el Foro Económico Mundial, Oxfam denunció que las 85 personas más ricas del mundo poseían la misma riqueza que la mitad más pobre de la población mundial, 3.500 millones de personas. Esta cifra se redujo ahora a 80 personas; una disminución impresionante si se tiene en cuenta que en 2010 eran 388 personas las que concentraban la misma riqueza que la mitad más pobre. En términos netos, la fortuna de las 80 personas más ricas se ha duplicado entre 2009 y 2014.
La organización internacional propone algunas prioridades para luchar contra la desigualdad: Frenar la evasión y la elusión fiscal por parte de grandes empresas y los más ricos; invertir en servicios públicos gratuitos y universales, como la educación o la sanidad; distribuir el esfuerzo fiscal de forma justa y equitativa, trasladando la carga tributaria del trabajo y el consumo al patrimonio, el capital y las rentas; fijar salarios mínimos para que todos los trabajadores alcancen un nivel de vida digno; lograr la igualdad salarial y promover políticas económicas a favor de las mujeres; garantizar sistemas de protección social adecuados para las personas más pobres incluido un sistema de garantía de ingresos mínimos, hacer de la lucha contra la desigualdad un objetivo internacional.
Además de evidenciar cómo la riqueza extrema se transmite de generación en generación, el informe señala cómo las élites dedican enormes recursos y esfuerzos para que los estándares globales se diseñen a su favor. Más de un tercio de los 1.645 milmillonarios incluidos en la lista Forbes heredaron gran parte o toda su fortuna.
El 20% de los milmillonarios tiene intereses en los sectores financiero y de seguros, y vieron cómo su riqueza (en efectivo) aumentó un 11% en los doce meses anteriores a marzo de 2014. En 2013, estos sectores de actividad emplearon 550 millones de dólares en financiar ejércitos de lobistas para influir sobre las políticas que se deciden desde Washington y Bruselas. Durante el periodo electoral de 2012 en Estados Unidos, el sector financiero realizó contribuciones por valor de 571 millones de dólares a las campañas electorales.
El valor neto de la riqueza de los milmillonarios con intereses en los sectores farmacéutico y sanitario aumentó un 47%.
Según Oxfam el poder de los grupos de presión de estos sectores puede suponer una barrera significativa para reformar el sistema fiscal internacional y garantizar que las leyes de propiedad intelectual no impidan el acceso de las personas más pobres del mundo a medicamentos vitales. Existen cada vez más evidencias, tanto del Fondo Monetario Internacional como de otros organismos, de que la desigualdad extrema no sólo perjudica a los más pobres, sino que también daña el crecimiento económico.
Fuente: Ciudad Nueva